En el silencio de jardines antiguos, donde humildes hierbas susurran sabidurías olvidadas, crece una pequeña planta suculenta de follaje tierno: la verdolaga. Considerada desde la Antigüedad como hierba sagrada de sanadores y magos de la tierra, encierra una alquimia natural excepcional. Rica en ácidos grasos omega‑3, mucílagos calmantes y potentes antioxidantes, la verdolaga encarna una fuerza suave pero tenaz que repara, equilibra y suaviza.

Nuestro aceite de verdolaga es fruto de un trabajo paciente y respetuoso. Las hojas frescas se recolectan a mano al amanecer en los tranquilos alrededores de Ginebra, y luego se maceran lentamente en aceite de almendra dulce virgen y ecológico. Este proceso sigue los ritmos lunares y los principios de la espagiria vegetal, con el objetivo de extraer no solo los principios activos, sino también la huella sutil de la planta.

Aplicado sobre la piel, el aceite de verdolaga actúa como un bálsamo natural. Calma enrojecimientos, alivia tirantez y restaura la suavidad de la epidermis. Las pieles sensibles, reactivas o frágiles encuentran en él un cuidado verdaderamente delicado, pero profundamente eficaz. También es valioso como cuidado post‑solar o para epidermis fatigadas por agresiones externas o envejecimiento. Su textura ligera se absorbe fácilmente, dejando un acabado satinado y una sensación de frescura.

En el plano sutil y energético, la verdolaga está asociada al elemento Agua y al planeta Venus. Acompaña rituales de pacificación interior, perdón o reconciliación con uno mismo. Es una planta del retorno a la calma, que ayuda a fluidificar emociones estancadas y a traer paz a los cuerpos sutiles. Se utiliza en suaves aplicaciones en el plexo solar, el corazón o las muñecas para acompañar prácticas de centrado, meditación o liberación emocional.

Cada frasco se elabora artesanalmente en pequeños lotes en nuestro taller. Ninguna máquina ni proceso acelerado interrumpe el ritmo natural de creación. Luego, se filtra manualmente y se conserva en frascos de vidrio ámbar, protegidos de la luz y las influencias perturbadoras.

Un aceite excepcional pero sencillo, el aceite de verdolaga es un aliado precioso para quienes desean cuidar su piel mientras nutren un viaje interior hacia la paz.