Parece un grimorio olvidado en la cripta de un antiguo vampiro… o simplemente la obra de un artesano ginebrino brillante, terco y ligeramente sobrecafeinado. Con su madera tallada, sus alas góticas y su estilo entre magia oscura y elegancia sombría, esta caja no solo guarda tus dados: los juzga, los bendice y los lanza hacia su destino (generalmente trágico, pero con estilo).

Por fuera, las alas talladas se despliegan como una advertencia: “Aquí los dados saben volar… pero rara vez hacia donde deberían.” La tapa se abre con dramatismo, revelando una bandeja inteligentemente diseñada: espacio para bolígrafo, compartimentos hexagonales para tus dados favoritos, zona acolchada para tiradas demasiado entusiastas. Cada detalle respira artesanía auténtica, de la que huele a serrín, tinta y pasión.

La base se convierte en un gran cofre de almacenamiento: hojas, accesorios, fichas, secretos vergonzosos… cabe todo. Y se cierra con una elegancia casi insolente, como si recordara una época en la que los vampiros aún eran educados.

Totalmente personalizable, puede llevar tu nombre, el de tu personaje o incluso un mensaje dramático como “Que los dados te sean favorables” — lo cual, por supuesto, no garantiza nada, pero queda precioso.

Esta caja es una mezcla de magia, teatro y pura picardía rolera.
El tipo de objeto que hace que los jugadores digan: “¿Qué maravilla es esta?”
Y tú respondas: “Lejos de vosotros. Ya habéis roto tres lápices.”