En el corazón de las montañas suizas, donde los caminos se desvanecen bajo la sombra de las hayas y la luz baila sobre las hierbas silvestres, crece una planta punzante, ardiente, indomable: la ortiga. Durante mucho tiempo relegada a los márgenes y despreciada por su picor, oculta en realidad una de las mayores riquezas del reino vegetal.

Orgullosa representante de las plantas de fuego, hierro y transformación, la ortiga (Urtica dioica) encarna la fuerza vital en estado puro: aquella que estimula, despierta, limpia y reconstruye. Esta energía verde fue capturada por nuestro alquimista al amanecer, durante la recolección manual, para ser infundida en una lenta maceración en aceite de almendras dulces virgen y ecológico, respetando los ritmos lunares y los principios de la espagiria vegetal.

Beneficios físicos – el aceite del fortalecimiento

Este aceite de ortiga está destinado exclusivamente al uso externo. Actúa como un bálsamo revitalizante para la piel, el cuero cabelludo y los tejidos debilitados o fatigados.

• Cuero cabelludo y cabello: estimula la microcirculación, favorece el crecimiento, regula el exceso de sebo, alivia el picor y fortalece los folículos. Ideal para masajes capilares antes del lavado o como parte de un tratamiento revitalizante.

• Piel apagada o cansada: tonifica, devuelve el brillo, nutre profundamente la epidermis y deja una sensación ligera y fresca. Perfecta para pieles estresadas o en recuperación.

• Articulaciones y músculos: utilizada en masajes localizados en piernas, brazos o espalda, devuelve el tono, favorece el drenaje y alivia tensiones.

• Masaje general: puede integrarse en un tratamiento completo para personas físicamente agotadas o en proceso de recuperación (convalecencia, posparto, cambios estacionales…).

Propiedades energéticas y esotéricas – la ortiga alquímica

En la tradición hermética, la ortiga está asociada a Marte, al elemento Fuego y a la defensa activa. Es una planta de soberanía, purificación y recuperación del poder personal. A diferencia de las plantas más suaves, actúa como un catalizador potente: expulsa la energía estancada, corta lazos tóxicos y reactiva la voluntad profunda.

El aceite de ortiga puede usarse para:

• Anclar y proteger los cuerpos sutiles en momentos de vulnerabilidad.

• Apoyar rituales de purificación o de liberación suave (especialmente emocional).

• Canalizar la ira para transformarla en una energía al servicio de la acción justa.

• Acompañar prácticas mágicas o energéticas orientadas a recuperar el poder personal (rituales de fortalecimiento, escudo psíquico, activación de la voluntad interna).

Utilizado como unción en pies, muñecas, parte alta de la espalda o plexo solar, actúa como un sello de vitalidad activa y claridad guerrera.

Elaboración artesanal y alquímica

Cada frasco se elabora a mano, en pequeñas series, en nuestro taller de Ginebra. Las hojas de ortiga se recolectan frescas, manualmente, a primera hora de la mañana, durante la luna menguante y en clima seco, para captar su potencial más puro.

La maceración se realiza a temperatura ambiente, en aceite de almendras dulces ecológico, durante varias semanas. No se utiliza ningún proceso artificial. El aceite se filtra y se envasa en frascos de vidrio ámbar, para su óptima conservación, lejos de la luz y de influencias disonantes.

Composición

• Aceite de almendras dulces virgen ecológico (Prunus amygdalus dulcis)

• Hojas frescas de ortiga (Urtica dioica)

Contenido

Frasco de vidrio ámbar con cuentagotas – 50 mL

Uso

Uso exclusivamente externo. Aplicar unas gotas sobre la piel limpia o el cuero cabelludo. Masajear suavemente hasta su completa absorción. Ideal para cuidados de belleza, masajes energéticos o prácticas rituales.

Precauciones de uso

• No ingerir

• No usar en niños menores de 6 años

• Evitar el contacto con ojos y mucosas

• Conservar lejos del calor y la luz

• No recomendado para mujeres embarazadas o lactantes sin consejo médico

• Realizar una prueba cutánea previa en caso de piel sensible