Este colgante realza un cristal de selenita en bruto, reconocido desde la antigüedad como piedra de claridad y purificación. Su textura fibrosa y su brillo nacarado evocan la luz de la luna, convirtiéndolo en un talismán delicado y poderoso.

La selenita es conocida por calmar la mente, elevar la conciencia y purificar las energías circundantes. Vinculada al chakra corona, facilita la meditación, la conexión espiritual y el equilibrio interior. Llevada cerca del corazón o la garganta, actúa como canal de armonía y serenidad.

Cada colgante es único, con reflejos lechosos y vetas naturales que muestran la autenticidad de la piedra. Montado con una anilla plateada y un cordón negro trenzado, se adapta tanto al uso diario como a rituales de purificación y enraizamiento espiritual.

Más que una simple joya, es una verdadera herramienta energética: compañero de meditación, protector sutil y amplificador de la luz interior.