Tallado en shungita, piedra milenaria de Carelia, este péndulo encarna la fuerza protectora y el equilibrio vibratorio. La shungita es reconocida desde hace siglos por sus propiedades purificadoras y su capacidad de neutralizar energías negativas. Montado en una fina cadena plateada, se convierte en una herramienta estética y funcional, ideal para la radiestesia, la adivinación y la exploración de los planos sutiles.

Su forma cónica, finamente pulida, permite precisión en la lectura de las oscilaciones, haciendo cada movimiento más claro y fluido. Usado en meditación, actúa como canal entre el inconsciente y las energías circundantes, ofreciendo guía y respuestas allí donde la mente racional encuentra sus límites.

Cada péndulo de shungita es único, sus tonos oscuros y profundos reflejan el poder telúrico de la piedra. Objeto ritual pero también talismán protector, encuentra naturalmente su lugar en una colección esotérica, en un altar personal o en manos de quienes buscan atravesar el velo de lo invisible.