Inspirado en el abad Alexis Mermet, figura clave de la radiestesia, este péndulo ovalado de metal se desenrosca en el centro para revelar una pequeña cavidad. Esta cámara permite colocar un testigo – mechón de cabello, fragmento mineral, gota de agua, tierra, aceite esencial – con el fin de sintonizar el instrumento con la vibración deseada. Así se convierte en un verdadero emisor-receptor: capta finamente la información y amplifica la onda asociada al testigo.

Su forma ovoide ofrece una excelente inercia y oscilaciones estables, útiles tanto en interiores como en exteriores. El peso asegura un movimiento claro, la punta redondeada facilita la lectura y la cadena metálica proporciona un agarre cómodo. Desenroscado y vacío permanece perfectamente neutro; una vez cargado, se convierte en una herramienta precisa para investigaciones, cartografías, diagnósticos energéticos, trabajos de selección o protección ritual.

Cada pieza está cuidadosamente pulida para un deslizamiento uniforme y una respuesta fluida. El latón aporta una sensación cálida y una conducción energética constante, manteniéndose robusto para el uso diario. La limpieza es sencilla con un paño suave; para un reinicio simbólico puede pasarse por humo de incienso neutro o colocarse brevemente sobre una geoda inerte. Evitar agua jabonosa en el interior de la cavidad y cerrar siempre la cámara antes de usar.

Pensado para practicantes que gustan de trabajar con testigos, es adecuado tanto para principiantes como para radiestesistas experimentados. Funcional y talismánico, encontrará naturalmente su lugar en un gabinete de curiosidades, en un altar personal o en el equipo de un operador de campo. Como toda herramienta esotérica, acompaña la práctica sin sustituir un consejo médico o profesional.