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Tu puerta a tesoros místicos y maravillas alquímicas.
Tu puerta a tesoros místicos y maravillas alquímicas.
Homenaje a Gaia, Madre Primordial, esta estatuilla de resina dorada encarna la Tierra en gestación. Adornada con motivos vegetales y coronada con flores, simboliza la fertilidad, los ciclos y la fuerza vital. Perfecta para altares, gabinetes de curiosidades o espacios rituales. También disponible en versión bronce.
En las profundidades silenciosas del amanecer del mundo, antes de que el hombre nombrara las estrellas, antes de que los océanos fueran cartografiados, una entidad velaba. No hablaba, pero cada vibración de la tierra latía con su ritmo. ¿Su nombre? Gaia. La Tierra viviente, la Diosa Primordial, la matriz original de donde surgen todos los seres, todas las formas, todos los alientos.
Esta estatua rinde homenaje a esta figura atemporal en una forma escultórica impactante, bañada en luz dorada. Esta es la edición dorada, una variación luminosa y solar de Gaia, pensada para irradiar los espacios y elevar las energías. Para quienes prefieren una versión más ruda, más telúrica, también está disponible una edición en bronce, evocando la roca, el mineral y lo antiguo.
Un símbolo de despertar y fertilidad
Sentada en una postura de paz y arraigo, Gaia se representa embarazada de la propia Tierra. Su vientre es un globo perfectamente esculpido, donde los continentes están finamente trazados, recordándonos que toda vida, todo pueblo, todo aliento tiene sus raíces en su seno.
Su rostro, a la vez solemne y tierno, parece haber atravesado milenios. Sus ojos miran sin juzgar, con esa sabiduría infinita propia de las fuerzas que nunca necesitaron ser adoradas para actuar.
Todo su cuerpo está adornado con motivos vegetales: hojas, flores, raíces que se enroscan y florecen. No solo está conectada con la naturaleza — ella es la naturaleza. Cada arabesco, cada relieve, es como una vena sagrada que une lo visible con lo invisible.
Una pieza ritual y contemplativa
Fabricada en resina sólida y tratada con un acabado dorado mate, esta estatuilla parece salida de un templo druídico olvidado o de un santuario pagano redescubierto entre las ruinas de una civilización desaparecida. Su textura, suave pero detallada, invita a la contemplación, a la lentitud y al recienteramiento.
No es simplemente un objeto decorativo, sino un vector de presencia sagrada, un punto de anclaje para quienes transitan los caminos del esoterismo, lo femenino sagrado o la ecospiritualidad.
Usos e inspiraciones posibles
Esta Gaia dorada encontrará naturalmente su lugar:
La base visible en algunas imágenes es una escenografía alquímica diseñada por L’Emporium Alchimique. No está incluida con la estatua, dejándote la libertad de colocar a Gaia en el entorno ritual o estético que elijas.
Gaia no es un ícono que deba adorarse, sino una presencia que debe sentirse. Es el eco de nuestras raíces, el aliento del mundo antiguo, la memoria viva de una conexión que hemos olvidado por demasiado tiempo. Nos recuerda que todo lo sagrado — la vida, la tierra, la transformación — comienza donde nuestros pies tocan la tierra: en el humus, la piedra, el silencio y el ciclo.
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